Cuando un perro te lame la cara, es el medio a través del cual te muestra afecto o sumisión. Sin embargo, este comportamiento puede volverse molesto en ciertas situaciones y se hace necesario corregirlo. ¿Cómo evitar que tu perro te lama la cara?
Todos sabemos que los perros tienden a lamer la cara para mostrarnos su afecto. Estos lametones son, en cierto modo, el versión canina de nuestros besos. Un comportamiento que por tanto surge de una muy buena intención por parte de los perros, pero que muchos de nosotros podemos no apreciar por motivos justificados, en particular los relacionados con la higiene.
Lamer la cara también resulta molesto cuando se trata de huéspedes y visitantes. Por lo tanto, es necesario en primer lugar comprender la orígenes y los motivos de este comportamiento canino y optar por el entrenamiento de tu perro cuando lo haga para acabar con este hábito.
Un reflejo adquirido desde la edad más temprana del cachorro.
La acción de lamer a otro individuo es parte de la variedad de gestos adquiridos al nacer por el cachorro. Este último lo aprende muy pronto de su madre, quien lo limpia lamiéndolo y hace lo mismo con los demás pequeños de la camada. Además, la perra lame a sus crías para demostrar su afecto.
Más tarde, los cachorros instintivamente comienzan a lamer, a su vez, los labios de su madre para hacerle entender que tienen hambre.
Los perros lamen para comunicarse
Para los perros, lamer no es solo una acción de limpieza. Cuando está destinado a otros, se convierte en un medio de comunicación y de interacción social. Permite, entre otras cosas, indicar al «interlocutor» que tiene buenas intenciones hacia él.
Lamer puede ser un signo de sumisión jerárquica hacia un congénere. Esta es, por tanto, una manifestación de apaciguamiento encaminada a evitar cualquier forma de tensión mediante la aceptación de un rango jerárquico inferior. Suele ocurrir durante el primer encuentro entre 2 perros.
Si los 2 caninos ya se conocen y se gustan, el lamido puede, por otro lado, interpretarse como un acto afectivo. Del mismo modo, además, que el perro lo hace con los humanos que aprecia entre su entorno.
El lamido del perro, un reflejo afectivo
También puede ser una especie de intento de ayudar cuando él siente que su amo no está bien. Los perros perciben nuestras emociones y son especialmente sensibles a nuestros estados de ánimo como el estrés, por ejemplo. Cuando lo hace, empiezan a lamernos para asegurar nuestra comodidad.
En cachorros, lamer a un amo es también el medio por el cual busca exigir atención de él.
Para resumir, los perros lamen a sus congéneres o humanos por varias razones. Todo parte de intenciones amistosas, pero a veces se hace necesario detener este comportamiento para no causar molestias. El lamido aparece muy a menudo durante regreso del amo a casa, estando el perro muy emocionado de encontrarlo y mostrándole su amor lamiéndole la cara. Puedes aprovechar este preciso momento para hacerle ver que no te gusta y corregir este «defecto».
La actitud a tener con el perro para corregir este comportamiento
Tan pronto como llegues a casa, ten en cuenta que solo tu regreso es una gran fuente de alegría para tu perro y que no necesitas excitarlo más actuando en exceso, incluso si la tentación de abrazarlo es grande.
Puedes responderle con palabras, pero no a través del contacto físico. Primero dale tiempo para calmarse. Para ello, dedícate a tu ritual habitual de bienvenida a casa (cuelga tu ropa, deja las cosas, etc.), luego ordena al perro que se quede sentado. Tan pronto como lo haga, felicítalo cálidamente, pero con calma. Acarícialo con la misma calma, pero detente tan pronto como intente lamerte la cara. Vuelve a ponerte de pie inmediatamente y pídele que se siente de nuevo. Repite tantas veces como sea necesario.
Con el tiempo, el perro comprenderá gradualmente que ya no debe lamerte la cara si quiere que lo elogies y lo acaricies.