La mayoría de nosotros somos románticos incurables y creemos que los sentimientos y expresiones de amor sólo existen dentro de nuestra especie. Pero ¿qué pasa con los felinos? ¿Existen gatos cariñosos? ¿O su afecto es una simple muestra de su interés?
Para muchas personas los gatos son simplemente incomprensibles, les tildan de indiferentes, caprichosos y anárquicos cuando no de egoístas e indolentes. Acusaciones falsas. «No se tiene un gato, el gato te tiene a ti», esta máxima rige nuestra relación con ellos y expresa el amor que nos profesan. Hay muchas anécdotas que prueban el profundo amor que sienten los gatos por sus propietarios, historias de gatos que han recorrido cientos de kilómetros para volver a su lado o que visitan a diario la tumba de la persona que amaron porque estas hermosas cosas no solo las hacen los perros.
A menudo, cuando todo parece estar en calma, un gato puede ser repentinamente alarmado, mirando fijamente algo que los humanos no pueden percibir. Este comportamiento ha llevado a muchos a creer que los gatos pueden sintonizar con el mundo espiritual o que desconfían de su propietario. Se han hecho esfuerzos por comprender la mente del gato desde la neuropsicología hasta de la computación. Los técnicos de IBM ha logrado simular el cerebro de un gato en el superordenador Blue Gene, el que ganó al campeón del mundo de ajedrez. Pretenden entender cómo se forman los pensamientos en su cerebro y emular el funcionamiento de las mil millones de neuronas y los billones de sinapsis (conexiones entre neuronas) que existen en el cerebro felino. Pero la ciencia no ha podido descubrir la magia afectiva de los gatos cariñosos.
Vibraciones del amor felino
Muchos gatos parecen tener poderes intuitivos. El doctor Joseph Rin de la Universidad de Duke (EE.UU) ha acuñado el término «Psi trailing» para explicar la naturaleza de la especial relación entre el amo y su gato. Esta teoría propone que entre el gato y su amo, se establece una comunicación regida por unas vibraciones imposibles de percibir por los sentidos humanos, pero que en el gato estrechan su vínculo afectivo con el propietario. Esas vibraciones le conducen siempre hacia el lugar donde está el propietario y son las que permiten esas hazañas de gatos que recorren grandes distancias para reunirse con su familia.
A pesar de que lleven miles de años viviendo a nuestro lado su magia no sigue siendo desconocida. Ese sentimiento de que estamos ante un ser con una poderosa psiquis no es nuevo, en todos los tiempos lo han sentido así las personas dotadas de mayor sensibilidad espiritual, como los poetas.
Cuando un gato parpadea lentamente, sus ojos te están diciendo que te ama, a este tipo de parpadeo le podemos llamar «besos de gato»
Historia de un gato
El gran poeta Rainer María Rilke describió en su cuento «Mitsou: historia de un gato», su lúcida imagen del mundo felino, comenzando con estas palabras:
«¿Quién conoce a los gatos? ¿Es posible, por ejemplo, que pretendáis conocerlos? Reconozco que, para mí, su existencia no fue nunca más que una hipótesis bastante arriesgada. Los animales, ciertamente, para pertenecer a nuestro mundo, tienen que acomodarse un poco. Es preciso que consientan un tanto con nuestra manera de vivir, que la toleren; si no, medirán, bien hostiles, bien aprensivos, la distancia que los separa de nosotros y esa será entonces su manera de relacionarse. Fijaros en los perros, su actitud confiada y admirativa es tal que algunos parecen haber renunciado a sus más antiguas tradiciones caninas para adorar nuestras prácticas y también nuestros errores. Es de hecho eso lo que los vuelve trágicos y sublimes. Su decisión de admitirnos les fuerza a vivir, por así decir, en los confines de su naturaleza que traspasan constantemente con su mirada humanizada y su hocico nostálgico. ¿Pero cuál es la actitud de los gatos? Los gatos son gatos, simplemente, y su mundo es el mundo de los gatos de principio a fin. ¿Diréis que nos observan? Pero, ¿se ha sabido alguna vez con certeza si realmente se dignan a fijar por un instante nuestra vana imagen en el fondo de su retina? ¿Podría ser que nos devuelvan, al mirarnos, simplemente un mágico desaire de sus pupilas para siempre completas? Es cierto que algunos de nosotros nos dejamos influir por sus caricias zalameras y eléctricas. Pero recordemos la extraña y brusca distracción con la que nuestro animal favorito pone a menudo fin a las efusiones que hubiéramos creído recíprocas. Incluso aquellos privilegiados a quienes los gatos admiten a su lado son rechazados y negados muchas veces y, mientras continúan estrechando contra su pecho al animal misteriosamente apático, se sienten detenidos en la frontera de ese mundo que es el mundo de los gatos, un mundo en el que sólo ellos habitan, rodeados de circunstancias que ninguno de nosotros podría adivinar. ¿Fue el hombre alguna vez su contemporáneo? Lo dudo. Y os garantizo que, a veces, en el crepúsculo, el gato del vecino salta a través de mi cuerpo, ignorándome, o para demostrar las cosas confundidas que no existo en absoluto».
Gatos cariñosos, su forma de expresión
Acostumbrados a las formas expresivas del amor canino, su alegre movimiento de cola y esos lengüetazos que nos dejan la cara pringosa, la mayoría de las personas no son capaces de entender las expresiones afectivas de los gatos. Extremadamente amorosos, los gatos tienen sutiles maneras de expresarnos el amor que nos profesan. Cada especie nos comunica su amor con un lenguaje distinto, ese lenguaje es en los gatos sofisticado pero tan comprensible como el de los perros si se hace el esfuerzo de conocerlo.
Cuando un gato frota su mejilla contra tu pierna o empuja su cara contra ti, te está diciendo que te ama. Te está «marcando» como de su propiedad. Cuando un gato ronronea en tu presencia puedes estar seguro de que te está hablando de su amor por ti. Ninguna otra expresión felina conmueve tanto el corazón de los humanos como el ronroneo. Cuando un gato se tira al suelo a tus pies y gira mostrándote su tripa, considéralo un saludo amoroso y una solicitud de atención. La presentación del vientre de esta manera pon el gato en una situación muy vulnerable, así que los gatos reservan este gesto para las personas que realmente aman. Cuando el gato amasa con sus zarpas sobre tu regazo te está diciendo que te quiere, es el mismo acto que hacía de un recién nacido contra las tetas de su madre para mamar.
Cuando un gato parpadea lentamente, sus ojos te están diciendo que te ama. El parpadeo lento de ojos, al que podemos llamar «besos de gato», es una señal de su felicidad y afecto. Cuando los gatos se encuentran con un extraño u otro gato desconocido, lo reciben con los ojos abiertos, sin pestañear. Si tu gato te trae un horrible regalo, como un ratón o un pájaro muerto, no seas severo te está regalando un don precioso para él, ha cazado para ti ese «tesoro». Seguramente no quiere que pases hambre. ¡Y luego dicen que los gatos cariñosos no existen!