Poder pasear a tu perro de forma segura y sin correa es el deseo de todo propietario. Esto inevitablemente requiere una buena educación para lograr enseñar a un perro a pasear sin correa.
Todos deseamos poder dejar que nuestros perros corran libres, sin correa, Pero esto no siempre es posible. Además de las restricciones legales en determinados casos, algunos perros testarudos, distraídos o fugitivos son reacios a regresar.
La importancia de enseñarle a acudir a la llamada
El famoso recordatorio de ordenar que acuda a la llamada es parte de los componentes básicos del aprendizaje. Es fundamental que tu perro aprenda, desde pequeño, a volver a ti tan pronto como le des la orden. Este aprendizaje es largo, pero no es difícil. Eventualmente, el perro debería responder a la primera llamada, sin que tengas que repetirla varias veces.
No sería posible dejar que tu perro se mueva libremente sin su correa si no regresa sistemáticamente con su amo. Esto supondría una serie de riesgos, tanto para el propio perro como para los demás. Para ti también, además, porque eres responsable moral y legalmente.
El perro puede huir, ser agresivo con sus congéneres u otros animales con los que se encuentre, ser atraído por una hembra en celo, asustar a las personas o, peor aún, atacarlas, ser atropellado por un vehículo… Los riesgos potenciales abundan. También podrías protegerte contra estos asegurándote de que el perro sea perfectamente obediente.
Aprender a reconocer una orden debe hacerse muy temprano. El cachorro de 3 o 4 meses ya puede aprenderlo.
Durante los primeros días, es recomendable comenzar este ejercicio en casa idealmente en el jardín, en un lugar donde no sea probable que el perro joven esté distraído por otra cosa
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- Desátalo, déjalo escapar un poco, luego llámalo. Puedes hablarle alto y aplaudir en tus muslos para llamar su atención. Adopta tu alegría para animarlo aún más a acudir. Sigue llamándolo si no responde, pero hazlo siempre con calma. El perro es un depredador, lo que significa que ve mejor lo que está en movimiento. No dudes en atraerlo corriendo en dirección contraria para que reaccione y regrese a ti.
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- Tan pronto como llegue, felicitarlo calurosamente para que lo asocie con algo placentero. Incluso puedes darle una golosina. Además, no lo lleves adentro para no producir una asociación negativa (recordatorio = fin del recreo).
Tampoco debes acercarte a él cada vez, de lo contrario, el animal puede adquirir el mal hábito de no acompañarte sabiendo que lo harás.
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- Día tras día, puedes aumentar las distancias que te separan, luego repite este ejercicio en el exterior de la casa.
No olvides felicitarlo cada vez que vuelva a tu lado, aunque haya estado arrastrando un poco los pies (o las patas). No hay necesidad de regañarlo lo que solo haría que se sintiera menos entusiasmado por acudir a tu lado.
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