El cuidado de caballos en campo abierto tiene sus peculiaridades con respecto a los equinos alojados en cuadras. En Ladridos y Maullidos te proporcionamos 7 consejos que te facilitarán la tarea.
Cuidado de caballos en campo abierto
Los caballos, como cualquier otro animal de pastoreo, están sujetos a todo tipo de peligros mientras están en el campo. Si sienten alguna incomodidad, por lo general evitarán alimentarse bien o incluso abandonarán los pastos por completo. No quieres que le pase nada de esto a tu caballo, ¿verdad?
Para estar seguro, debes implementar y seguir algunos consejos que lo ayudarán. Hemos probado algunos de los mejores consejos que puedes utilizar para mantener a tu caballo en un estado de absoluta seguridad mientras está en campos abiertos.
1. Separa al caballo mientras lo alimentas
Los caballos, mientras se alimentan, a menudo tienden a discutir y a forcejear entre sí. Para evitar que esto suceda, debes asegurarte de que lo separas de los demás. Coloca cada caballo en su propio establo de alimentación y acordónalo con una sola mano.
Permanece atento a ellos mientras se alimentan. No dudes en separar cualquier disputa. Si es posible, suministra a cada uno su propia comida en un lugar separado y distinto del otro. Esta separación también es vital para responder a alergias y necesidades alimentarias especiales.
2. Presta atención a las patas
Las patas de los caballos son las locomotoras con las que funcionan. Como tal, lo peor que podría pasarles es lastimarse las patas o someterlas a peligros no deseados . Para evitar esto, debes protegerlo de los elementos climáticos externos adversos.
Estos incluyen hielo, exceso de lluvia, barro y nieve. Coloca un refuerzo en los pies del caballo. El plástico es el material más recomendado, ya que es altamente resistente a los daños por agua y barro.
3. Vallar el recinto adecuadamente
En todo momento debe mantener una cerca alrededor del área de pasto. El propósito de esta cerca es mantener al caballo en un estado completo de seguridad y aislamiento. Los caballos son sensibles a cualquier inseguridad y miedo. También tienden a perder el apetito en el proceso.
Acordonar bien su área es una forma segura de mejorar su propia seguridad y su máxima tranquilidad. Esto, a su vez, se traduce en un aumento del apetito y una alimentación más saludable todo el tiempo. Incluso después de vallar a los caballos, deberás realizar algunos controles periódicos.
4. Envuélvelos en mantas
Cuando pastan al aire libre durante una estación fría, los caballos generalmente son propensos a los riesgos de hipotermia y congelación. Las mantas para caballos están diseñadas para paliar estas dos eventualidades desfavorables. Por lo tanto, debes asegurarte de utilizar las mantas de manera adecuada y oportuna.
Asegúrate de que las mantas le queden bien. No deben ser demasiado grandes ni demasiado pequeños. Por otra parte, tienen que ser lo suficientemente espesas y calientes como para permitirles atrapar la mayor cantidad de calor posible. Revisa al caballo varias veces para asegurarte de que las mantas se adhieran firmemente.
5. Ponle unas «botas» si es necesario
Cuando hace demasiado frío y barro, no se puede confiar solo en sus herraduras normales. No son lo suficientemente resistentes para mantener al caballo en un estado estable de confiabilidad todo el tiempo. En su lugar, pueden necesitar botas que están especialmente diseñadas para ellos.
A diferencia de las herraduras normales, estas son más grandes, más fuertes y más estables. Además, sirven para proporcionar al caballo del apoyo que necesita para desenvolverse bien. Solo asegúrate de elegir el tamaño correcto para evitar la posibilidad de que el caballo se tropiece mientras camina.
6. Deshazte de los cabestros
Los cabestros son correas o cuerdas que se envuelven alrededor de la cabeza del caballo para llevarlo al destino deseado. Si bien son buenos para caminar con el caballo por un sendero, estos cabestros normalmente tienen la tendencia a sofocar la alimentación y el consumo de agua.
Por eso te recomendamos que los elimines cuando están en el campo. Esto es para darle a tu caballo suficiente tiempo y espacio para comer tranquilamente. Si necesitas ponérselos, usa cabestros de seguridad, ya que se rompen cuando se enfrentan a un obstáculo.
7. Mantener la misma manada
La manada son los compañeros del caballo, con los que se alimenta y se relaciona regularmente. Es importante que lo mantengas de forma constante todo el tiempo. No es recomendable cambiar uno o dos miembros, ya que puede confundir al caballo hasta el punto de interferir con su alimentación.
Además, las peleas, disputas y empujones también aumentan cuando llegan nuevos miembros y aún no «encajan en el sistema». Si debes cambiar e introducir nuevos amigos en el grupo, considera hacerlo de forma intermitente para permitir que los caballos se familiaricen completamente.
Con los siete consejos que hemos analizado anteriormente, creemos firmemente que la vida del caballo en un entorno abierto mejorará notablemente. ¡Es hora de seguir los pasos y ponerlos en marcha!